Los gaditanos son chistosos, los sevillanos pijos, los jerezanos tienen señorío. Son estereotipos que se oyen de vez en cuando, que pueden llegar a ser prejuicios. Los católicos son de derechas y los izquierdistas son ateos. Las niñas al nacer las visten de rosa y a los niños de celeste. Los gitanos cantan y bailan siempre. Los gitanos son morenos. Hay prejuicios contra los migrantes. Decían en Argentina que los españoles, los llaman “gallegos”, huelen mal: no se lavan. Los negros y los marroquíes vienen a quitarnos el trabajo, es una mentira muy gorda y es un prejuicio. Yo personalmente he tenido prejuicios: “niño: los hombres no lloran”, y yo aún suelto lágrimas ante ciertas situaciones trágicas y mortuorias. La ideología de ultra derechas extiende el prejuicio de que “todos los políticos son corruptos”. Es difícil quitarse los estereotipos y prejuicios. Desde saetas, fandangos, cristianismo, los judíos arrastran desde hace dos mil años prejuicios malignos. Claro que lo que hacen con los palestinos no ayuda.