Todos los veranos de mi juventud los pasaba en Madrid con mi tía María Luisa Cobo. Me enviaba al Museo del Prado y sin saber nada de pintura, escultura, arquitectura me familiarizaba con las obras expuestas. No sabía de estilos, personajes, plasmación histórica, pero mi retina se empapaba de colores, perspectivas, interpretaciones. Ya de mayor cuando visitaba Madrid acudía al Prado. No puedo decir que sepa de pinturas, perspectivas, cromatismos, pero sé apreciar un buen trabajo que además tiene un mensaje social. Como Velázquez hizo con “El niño de Vallecas” , o Goya con “Fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío”
Juan Manuel Sánchez Padilla, expone en el Museo Arqueológico, hasta el 23 de abril, una preciosa muestra pictórica, trabajada desde hace diez años, de personas comprometidas socialmente, desprovistas de poder político o económico. El cartel presenta a Sebastián Rodriguez, párroco de La Asunción y militante obrero y de las causas obreras en la dictadura franquista. El profesor Alcántara, Sebastián González ejemplo para muchos, Rosalía Bejarano de Siloé, Agustín “correcaminos rurales, ecologista, Joaquín de Valle desde su juventud militante obrero, el Trillo, el “Polila”, Lorenza y muchas más. “Gentes ilustres”, pinturas que expresan más, como las de René Magritte, literatura como “Cien años de Soledad”, el realismo mágico. Acudan. Mucho corazón y filosofía sana y transformadora.
