Afirma el Dr. Rojas Marcos, Catedrático de Psiquiatría en la Universidad de Nueva York, que España es uno de los países europeos en donde mas personas dedican algún tiempo a la ayuda a los demás. Esta dedicación hace que se tenga una buena dosis de auto estima. Ayudar a otros favorece la auto-estima. Pedía el Dr. que se dedicara una hora al día a estos menesteres y seremos mas felices. Une auto-estima con felicidad.

Al transcurrir los tiempos, observo que un aspecto de la psiquiatría, coincide con el mensaje cristiano. Ayudar a los demás forma parte de la felicidad humana, de tal manera que la mayor dedicación a los demás nos acerca más a la felicidad. No se trata del sentido bancario de imposición a plazo, que cuando la persona muera cobra los intereses de felicidad, sino de aportación gratuita.

Ahora comprendo por qué el Sr. Gaspar Zarría intenta ayudar a los dirigentes del Partido Popular, dándole consejos sobre lo que no tiene que hacer el PP y así ganar las elecciones políticas. Quiere terminar el día con una razonable dosis de autoestima. Lo he oído varias veces, en diferentes momentos, decir: “Esta actitud del PP les pasará factura en las próximas elecciones”, en medio de alguna bronca política. Loable actitud la de corregir al prójimo, de ayudar, no a los del mismo grupo, sino a los del grupo contrario.

La medalla al voluntariado se merecen esos políticos que intentan ayudar al contrario, en detrimento de los beneficios del grupo al que pertenecen. Eso pasa cuando no se tienen argumentos.

Las broncas montadas por el PP como ayuda a los familiares y víctimas del terrorismo, todos mis respetos, en primer momento aparecen como un acto de ayuda a los demás, de forma desinteresada, pero creo que esperan conseguir lo contrario que le pronostica el Sr. Gaspar Zarría.

A la sombra de las legítimas y legales manifestaciones del PP, se están cobijando grupos que pueden pretender acabar con la posibilidad incluso de manifestarse. Es como ser aprendiz de brujo, que experimentan sobre lo social y pueden crear un monstruo que los devore.

Hablando con algunos católicos coincidíamos en que parece que nuestra sociedad ha dado muchos pasos atrás, pues se está pasando del perdón, no merecido por los terroristas, al “ojo por ojo y diente por diente” que era la ley entre los judíos y casi igual entre los musulmanes. Las cárceles están para regenerar a los que cometen actos contra la sociedad y para apartarlos de la calle por peligrosos, pero el sistema carcelario no existe para vengarse por los delitos injustos cometidos por algunos individuos. La venganza es un código antiguo y ya superado, aunque los franceses dicen que la venganza es un plato que se come frío.

Los demás grupos, como saben que no van a ganar, se abstienen de ayudar con consejos a los contrarios. Yo no doy consejos políticos, Dios me libre, siempre he militado entre los perdedores. Tengo la autoestima muy baja.