Honores ciudadanos En todas las ciudades existe un protocolo para distinguir a personas o a grupos por la labor desarrollada en favor de sus habitantes. En Jerez existe el reglamento municipal para la concesión de reconocimientos honoríficos. En su artículo 5º dice que los hijos predilectos no pueden exceder de cinco, y los adoptivos no podrán ser más de siete, siempre que estén vivos. Jerez es una ciudad madre con control de natalidad. En Andalucía en el decreto que regula estas distinciones dice que no pueden existir más de veinte hijos predilectos vivos. No existe la distinción de hijo adoptivo. El pasado Día de Andalucía se nombró hijo predilecto al premio Nóbel de literatura José Saramago. Merecidísimo, pero mas le hubiera encajado haber sido adoptado ya que nació en Portugal. Creo que Saramago es universal, pero la ley es la ley. Generalmente cuando se otorga un título honorífico, se prestigia más a los otorgantes que a los distinguidos. Aquellos chupan mucha cámara del bien-hacer de éstos.
La Diputación provincial de Cádiz, en ese intento de crear conciencia territorial, concede placas, medallas, y otras distinciones, y ha nombrado diputado perpetuo honorífico a Fermín Salvoechea; hija adoptiva a la Duquesa de Medina Sidonia, etc. También le han concedido la placa de oro a un gran abogado, luchador demócrata, laboralista, magnífica persona, a D. Fernando Martín Mora, en reconocimiento a su labor en favor de los trabajadores gaditanos. Martín Mora es de esas personas que lo dan todo. Cuando dejó de trabajar para Comisiones Obreras, junto a otro laboralista grandioso, D. Antonio Ortega, recibieron el homenaje de Comfia, sindicato de banca, ahorro, oficinas y despachos, y en un acto privado se le impusieron las insignias de oro del mismo.
Hay etnias, pueblos, que no tienen territorio, pero se identifican unos a otros y son identificados desde fuera de la etnia; uno de ellos son los gitanos. El Defensor del Pueblo Andaluz, a finales de los años ochenta, acudió a la llamada de la Federación Solidaridad, pues en aquella época D. José Chamizo, y otros, lideraban la lucha contra la droga en el Campo de Gibraltar. Junto a Sebastián González expusieron la necesidad de organizarnos en Jerez contra esa lacra y surgió Renacer: coordinadora anti-droga. Siempre D. José ha acudido a la llamada de los gitanos. Por su pelo rizado, su tez morena y su gracia, podría pasar por uno de ellos. En cualquier pueblo que surge un problema entre comunidades, y es llamado, allí acude Chamizo. Tuve la ocasión de compartir con el Defensor una charla a los vecinos de Puerto Serrano, para aportar un poco de paz a un enfrentamiento entre comunidades gitanas y payas.
Días pasados el Sr. Chamizo acudió a la llamada del Secretariado Gral. Gitano, para la presentación de la campaña de empleo en la Sala Compañía. Intervino con una exposición clara sobre la igualdad en deberes y derechos. Porque el Defensor del Pueblo Andaluz, Sr. Chamizo, siempre está dispuesto a ayudar al pueblo gitano, debería ser declarado hijo adoptivo de ese pueblo. Yo lo adopto como primo.
(Marzo 2008)