Intuyo que el solo título de mi reflexión alejará a mis amigos y conocidos que se denominan agnósticos, ateos, librepensadores, católicos tradicionalistas, anticlericales combativos, preconciliares… Se trata de la última encíclica del papa Francisco. Sin embargo recomiendo la lectura de Francisco porque encuentro mucha sabiduría, venga de donde venga. Recuerdo la presentación en la Casa de Ejercicios, allá por el año 1982, de la encíclica “Laboren exercens” por el obispo de Huelva ante una nutrida presencia de próceres católicos. Era tan diferente a lo anterior que el obispo casi pidió perdón por el contenido: “tengan en cuenta que viene de un país comunista” por las afirmaciones sociales contenidas en ella.

Roger Garaudy, filósofo comunista que apoyó la “Primavera de Praga” y por ello fue expulsado del PC francés, en su libro de 1974, siempre actual, “Palabra de hombre” repasa cuestiones aún actuales, y termina el libro diciendo: “Soy cristiano”.

Creo que Fratelli Tutti va a tener un corto recorrido entre los católicos enrollados en textiles dorados, procesiones bellas, pregones súper barrocos vacios de teología, liturgias incomprensibles, sin coprotagonismo femenino, seguidores del concilio de Trento. Recomiendo leer “Palabra de hombre” y “Fratelli tutti”. No hacen daño.